Para alcanzar la reputación de durabilidad y operatividad estable, especialmente la seguridad, los legendarios camiones ZIL-130 de la Unión Soviética tuvieron que pasar por una serie de rigurosas pruebas. Entre ellas, las pruebas de resistencia a impactos revelaron muchos detalles interesantes sobre la estructura y la fuerza de este modelo.
Recientemente, se han publicado imágenes que registran las pruebas de choque del ZIL-130 en la fábrica de Likhachev, recreando fielmente el proceso de control de seguridad al que se enfrentó el camión durante su vida útil.
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El método de prueba del ZIL-130 no difiere mucho de cómo los fabricantes de automóviles modernos comprueban la seguridad de los turismos hoy en día. Los ingenieros soviéticos colocaron dos maniquíes en la cabina del ZIL-130, y luego utilizaron un MAZ-500 para empujar el vehículo de prueba contra un obstáculo frontal.
En la primera prueba, se colocó un gran bloque de hormigón en la caja de carga del ZIL-130. Cuando el camión se detuvo bruscamente ante el obstáculo, el bloque de hormigón, por inercia, se lanzó hacia delante, destruyendo completamente la cabina. En la segunda prueba, el camión sin carga se estrelló directamente contra un bloque de hormigón macizo de hasta 6 toneladas.
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Los resultados de ambas pruebas mostraron que la cabina del ZIL-130 quedó gravemente dañada y los maniquíes del interior fueron destrozados. El motor también sufrió graves daños tras el impacto. Estas pruebas demuestran claramente el terrible impacto de la fuerza de inercia cuando un camión con carga pesada tiene un accidente.
Pero no todo quedó ahí, el ZIL-130 también se sometió a pruebas de vuelco en el campo de pruebas de Dmitrovsky. El camión se volcó desde una colina empinada en dos situaciones: vuelco libre de toda la carrocería y vuelco con un cable fijando la parte delantera del camión a la cima de la colina antes de volcar.
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Tras estas rigurosas pruebas, el ZIL-130 sufrió deformaciones inevitables. Sin embargo, los datos recogidos fueron muy valiosos, ayudando a los ingenieros de la fábrica de Likhachev a seguir perfeccionando la gama de camiones ZIL-130, especialmente mejorando la protección del conductor y la carga del vehículo.
La realidad ha demostrado que el ZIL-130 fue un gran éxito. Iniciada su producción en 1962, aunque fue sustituido por la generación ZIL-4331 en 1987, la línea de producción del ZIL-130 siguió funcionando hasta 1994.
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Aún más sorprendente es que, en 2010, algunos ZIL-130 «nuevos» seguían saliendo de la fábrica de Novouralsk, Sverdlovsk, Rusia. A lo largo de su historia, se han producido más de 3,8 millones de ZIL-130, lo que demuestra la popularidad y fiabilidad de este modelo de camión, especialmente en el papel de transporte de mercancías con diversas cargas.